Y al séptimo, descansó
Al final ha sido sencillo. En seis pasos se ha hecho un informe, se ha nombrado, deslindado lo que hay que olvidar o aparcar, definido los factores generadores del problema, efectuado un diagnóstico y planeado una solución.
La colleita es la que es.
El nombre es Victoria.
Hay que olvidarse de la censura, del machismo, del consumismo, de la religión y del territorio. La globalización bien entendida es lo opuesto al chauvinismo localista.
El problema lo generó la terna excluida: el sexo, la religión y la política.
La enfermedad la manifestaron los pijos de Serrano manipulando la información.
Y la solución es clara como siempre: acción reflexiva, moverse pensando contínuamente hacia dónde nos encaminan los pasos.
Al séptimo descansó, reza el principio bíblico. Ocultando que no hay descanso, que el tiempo sigue aunque el nuestro pare.