No es tan importante comer bien y mucho como comer lento.
No es tan importante hacer lo que quieres como querer lo que haces.
Tolstoi
Sergio San Juan escribió hace poco un estupendo post comparando la comida con la información (https://www.aprendizajeinfinito.com/p/como-comer-mejor-en-el-buffet-de?r=6kgtm). En un buffet tendemos a comer demasiado. Y la información ahora mismo es como un inmenso buffet desde donde recibimos tentadoras ofertas de platos magníficos continuamente.
Lo resumía en cinco puntos: entiende los incentivos, determina la relevancia del mensaje, evalúa la credibilidad de la fuente, amplía el horizonte personal, prepara tus propios platos.
Si la información es el alimento del espíritu, habría que cuidar igualmente sus hábitos.
En estos tiempos de repensar puede ser muy buen símil el de la comida.
Si entiendes que cualquier alimento te es ofrecido a través de una etiqueta comercial seductora por la que no es conveniente dejarse engañar, si el contenido responde a tus necesidades, lo has adquirido en un súper de confianza, aseguras su frescura, y lo cocinas tú para evitar manipulaciones indeseadas, tienes asegurado un gran menú.
Solo faltaría añadirle dos ingredientes para hacerlo exquisito: el apetito y el reposo (al comerlo y al sestearlo).
Esperar a hacer apetito para ponerse a comer te asegura un plus de disposición olfativa y gástrica para degustar todo lo que ingieras.
Si antes de meterle el diente a un escrito extenso te paras a conservarlo (imprimirlo y encuadernarlo preferentemente) después de comprarlo para leerlo reposadamente al calor de la lumbre en tu butacón preferido cuando estés en pantuflas, lo vas a asimilar mucho mejor.
Y si al comer te sofrenas el estrés del día, te obligas a comer cada plato en el orden establecido y con el ritmo adecuado, siempre lento (la sabiduría oriental recomienda 100 masticaciones por cada bocado, aunque tampoco hay que pasarse) y recordando que el beneficio de un plato no está en los nutrientes sino en la persistencia de los olores en boca, tienes la fórmula completa. Sólo resta disfrutar de la siesta y sus ensoñaciones que tan bien va a conducir ese buen manjar.
Y no olvidar que más de tres comidas al día pueden ser indigestas. El desayuno algo más rápido donde dar cuenta de las noticias del diario, y la cena más frugal para que no estorbe el sueño, podrían completar la jornada gastronómica. Que repetida día sí y día también te asegura el feliz presente y, sobre todo al decir de Patañjali, el bienestar futuro (sutra 16 del libro segundo de los Yogasutras )
“Lo que debe ser evitado es el dolor futuro”
Sutra 16 del libro segundo de los Yogasutras de Patañjali.
Porque tan importante como bien comer es bien digerir. Y la buena información, bien seleccionada y preparada como hemos visto, luego ha de ser digerida, pensada, reflexionada, interiorizada. Si no queremos que provoque diarrea.