La colleita viene a ser como el propósito vital. Ha de haber un propósito inicial de cuidar de la colleita. Pero cómo enfrentarla y desarrollarla, no lo decidimos ya nosotros: lo decide ella.
Un día: ¡flop!, un camión de nueces o castañas esparcidas por el souto. Es glorioso. Todo el año procesando savia, luz y humedad, para parir tres jaulas de nueces o castañas. Que habrán de durar hasta el año que viene en que se renueve la colleita.
No es vital describirlo, pero sí muy conveniente. Describir, de-escribir, convertir en escrito, en texto, en tejido comunicable y comprensible. Para mantener la foto.
Hace diez años acepté volver a la prehistoria (ver historia de mi viaje a la prehistoria) (Va de viajes, escribo desde el metaverso de la nave que me lleva a Saturno).
El hábito es:
- el hábitat (donde vives, el ámbito),
- el hábito (vestimenta, herramienta de protección) y
- el hábito temporal (la mecánica a seguir para obtener un fin, el ritmo)
El souto regado de fruto, es el ámbito en que vamos a tener que desarrollar la colleita.
Iremos a él debidamente equipados de ropas y herramientas que deben cumplir la regla del buen trabajo: cómodo y seguro.
Y allí abordaremos la recolleita barriendo el fruto para recogerlo, y recogerlo empezando a diferenciar el fruto de la paja.
Primero los conchos limpios por un lado y los enfundados por otro.
Luego el pelado de los enfundados
Luego el lavado
Luego el embolsado y luego el pesado dejando constancia de la fecha (el datado).
Un fruto datado es el primer paso para obtener un producto trazado. Y la trazabilidad, como la transparencia, es un potente argumento de venta para incrementar el precio del producto.
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