Presentación del sitio web “libros de leer… poco”
Este sitio web gira entorno al libro.
¿Libro físico o digital?
Físico, el que se hace con páginas que tienen reverso. El principal problema de los libros digitales es que se contruyen con páginas que no tienen reverso. Y la falta de reverso es un problema.
Un libro se hace para ser leido. Leer es como escuchar, no es difícil en sí, si no fuese porque no basta con leer. Hay que interpretar lo que se lee. De nada sirve leer mucho si no entiendes lo que lees. Así que prefiero leer poco y bien que mucho a medias.
En el índice puedes ver un resumen de sus partes: textos, de más o menos extensión, gráficos que conforman los cromos, y la tienda donde conseguir los productos que genera.
Y en adelal puedes ver la conexión con su origen y las tres áreas de acción: la materia con que se hace, el papel; el espacio de Librería donde se difunde; y el espacio del marco web donde se inserta.
Una vez que un libro digital se imprime, es decir que se convierte de bits a átomos, se le ha de buscar un lugar en alguna balda de alguna estantería e identificarlo con una signatura que nos lo alcance cuando lo busquemos. En su versión digital resulta fácil cambiarle la signatura, aunque eso conlleva una transformación en su localización que no siempre es útil.
De los problemas derivados de la ordenación también nos ocupamos en este sitio.
concepto de libro
Para el DRAE un libro es un “volumen de hojas encuadernadas”, siguiendo la estructura del libro de los vacunos, el omaso o tercer estómago.
Para la UNESCO ha de tener más de 48 páginas. Con menos páginas serán folletos. Y con menos de cuatro páginas serán hojas sueltas (dípticos o trípticos).
Del formato no dice nada. Aquí se constriñe desde un 32º (treintaidosavo, DIN-A8, 5×7 cms,) hasta un A4 (21×30 cms.), aunque los más eficientes son el A5, cuartilla (15×21 cms.) y el A6, octavilla (7×15 cms).
El libro digital, al no estar sujeto al mínimo de cuatro páginas por pliego, tendrá que responder a otra clasificación.
