Andamos en tiempos de remate. El consumismo, el machismo y los fundamentalismos todos tienen sus días contados. Hoy (18 de julio de 2024) le toca a Windows, el virus informático más extendido. Puede ser buen momento para repasar la reciente historia de la microinformática.
El MSDOS venía con una copia de seguridad del SO, un manual tocho con todos los datos que podríamos necesitar para trabajar con él (BASIC y su correspondiente manual incluido), y una suscripción gratuita a las sucesivas actualizaciones.
El paquete integrado de software (apps) que venía con el equipo incluía una base de datos con la que tú mismo te podías organizar una contabilidad para tu tienda. Fue la eclosión de los gestores de comunidades de vecinos, que con un ordenador podían dar servicio a 20 comunidades simultáneamente.
Luego (en 1989), con la disculpa de haber evolucionado a Windows, empezaron a cobrar el SO y las sucesivas actualizaciones, nuevas colecciones de parches para irnos defendiendo de los ciberataques.
Hoy los equipos, siguiendo la senda del iPhone, te los venden con el SO que elijas y te desentiendes de problemas (teóricamente) porque las actualizaciones te las van incorporando via telefónica sin que tú te tengas que preocupar. Hasta el punto de que, estoy seguro, la mayoría de usuarios no saben con qué SO trabaja su equipo (como mucho, los “expertos”, distinguen entre Windows, Mac y Linus o iPhone y Android).
Y ahora nos vienen con una caída del sistema. ¿Se han preocupado bastante de obligar a hacer copias de seguridad? Porque mucha gente habrá confiado el almacenamiento de sus fotos y de sus mail y de sus whatsapp al sistema que le han vendido. Y ahora se pueden encontrar con que lo han perdido todo.
Lo cual viene a reforzar mi idea de la necesidad de irnos haciendo a la idea (perdón por la redundancia, pero no he encontrado otra forma mejor de dejar dicho lo que debo decir) de montar en casa un rack de discos duros o pen que nos permitan asegurar nuestras copias.
El asunto viene de lejos. Ya en 1999 se publicó un texto muy difundido sobre el engaño en que nos embutía (de embudo) la estrategia comercial de Microsoft: “Trampa en el ciberespacio” lo tituló Roberto di Cosmo y lo puedes leer aquí: https://www.librosdeleer.es/trampa-en-el-ciberespacio/
Parece que la fábrica de virus de Bill Gates ya anda exhausta 🙁